Nace un bebé en un vuelo de Iberia Malabo-Madrid
Según información de la aerolínea, en la madrugada de ayer viernes y a bordo de un avión de Iberia que partió de Malabo a las 00.10 horas con dirección Madrid, una pasajera ecuatoguineana se puso de parto y dio a luz a un niño sin ninguna complicación en el alumbramiento. Se dio la feliz circunstancia de que en el avión viajaba un pediatra, una matrona e incluso un sacerdote, que dio la bendición al pequeño.
El bebé pesó tres kilos y vio la luz en la madrugada de ayer viernes a bordo de un avión que cubría el trayecto Malabo-Madrid y en el que, felizmente para la madre y su bebé, viajaban una matrona, un pediatra y un médico de familia que atendieron a la parturienta en todo momento.
El hecho sucedió en el vuelo 3721, un Airbus 319 con matrícula EC-KMD, que partió de la capital guineana a las 00:10 horas. El nacimiento se produjo a las 03:30 horas, y fue un parto sin ninguna dificultad, por lo que no se hizo necesario desviar el vuelo. El aparato tomó tierra a las 07:05 horas en el aeropuerto de Barajas, donde una ambulancia y un médico esperaban a la madre y al niño para trasladarlos al hospital.
Podemos decir que el pequeño Antonino ha elegido un lugar singular para nacer; lo hizo en la última fila del Airbus 319, y asistido además por un completo equipo médico que se encargó de cortar su cordón umbilical y tapar al bebé con una mantita para que no se enfriara.
La madre, de nombre Priscilla, sintió los primeros dolores nada más despegar, y fue su tía, que viajaba con ella, la que avisó a las azafatas al ver que las contracciones se repetían, anunciándoles un parto inminente, como así resultó. Enseguida, la parturienta “rompió aguas”. El parto duró escasamente unos quince minutos y todo fue sobre ruedas o, si se nos permite la metáfora, todo fue placentero sobre las alas de la cigüeña de acero que llevó a la criatura hasta la pista del aeropuerto de Barajas, en Madrid.
Parece ser que la madre, que vive en las cercanías de Madrid, tuvo que viajar a Malabo por la muerte de su padre, a pesar de estar en la semana 36 de embarazo. Aunque al tomar el avión de regreso a España no tenía ningún síntoma de parto, lo cierto es que nada más subir a la aeronave le llegaron las primeras señales del feliz desenlace.
"El niño salió enseguida, el parto duró sólo unos quince minutos", ha señalado la madre, quien ha agradecido al personal médico la atención prestada. "Todo ha ido muy bien", ha asegurado la emocionada madre que se encuentra en perfecto estado.
Priscilla también tuvo palabras de agradecimiento para el sacerdote que se encontraba a bordo, y que dio la bendición al recién nacido tras el alumbramiento. "Todo ha salido perfecto y me siento feliz", dijo la madre. Todos los pasajeros del avión festejaron el feliz acontecimiento.
Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial.