El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha celebrado una sesión de importantes debates sobre paz y seguridad en África. Al hacer uso de la palabra, el Embajador Representante Permanente de Guinea Ecuatorial ante la ONU, Anatolio Ndong Mba, ha acentuado el deseo del gobierno de la República de Guinea Ecuatorial de reforzar la lucha contra los grupos armados y los terroristas.

Es tanto así que en su turno, tras observarse todas las pautas protocolarias así como discursos y exhaustivos informes previos a su intervención, el representante del único país africano que tiene el español como lengua oficial recalcó, para la conciencia del gran auditorio del Consejo de Seguridad de la ONU que: “Los recursos naturales constituyen un factor relevante en el crecimiento económico de un país, aportando un valor tangible que impacta positivamente al desarrollo económico y social de un país. Sin embargo, la explotación de tales recursos y su tráfico ilícito constituye uno de los factores que desencadenan conflictos al ser destinados a financiar a grupos armados y a terroristas.

A pesar de que los recursos naturales de un país deberían tener como fin último la mejora del nivel de vida y el bienestar de sus poblaciones, lamentablemente la explotación y tráfico ilícito de estos recursos, se ve conectada a la adquisición, uso y proliferación de armas y el de los grupos armados, fomentando guerras, conflictos, como se ha podido observar y se sigue observando en muchos de los conflictos que se registran en nuestra región de África.

Bien es sabido que, aunque no es la única causa, los recursos naturales están en el origen de gran parte de los conflictos en el mundo en general, pero más particularmente en el Continente Africano, donde generan violencia, desolación, desestabilización de los gobiernos, perdidas de inocentes vidas humanas, hambruna, pobreza, en fin, freno a todo tipo de desarrollo en áreas donde la explotación y el comercio de estos recursos, financian a los grupos armados y a terroristas. Los agentes y/o empresas que operan en esas zonas de manera directa o mediante sus filiales, al obtener dichos recursos en la mayoría de las veces, resultante de actividades ilícitas mediante el tráfico ilegal de tales recursos, apoyan y contribuyen en alimentar estos conflictos, sin tener en cuenta las consecuencias que sus actos pueden tener en las comunidades afectadas”.

Con una retórica casi de pedagogía al Consejo de Seguridad, Anatolio Ndong Mba ha resaltado, sobre la base de todo lo que antecede, los siguientes aspectos para hacer frente a esta dramática situación:

“1.-Reforzar aún más la colaboración entre este Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana y las Comunidades Regionales y subregionales, reforzar la estructura de mecanismos de prevención, manejo y resolución de conflictos y encontrar soluciones prácticas y eficientes que se implementen en la lucha contra la financiación de estos grupos armados y terroristas a través del comercio y tráfico ilícito de estos recursos;

2.-Establecer un mecanismo que exija a las empresas que operan de manera directa o a través de filiales en las zonas de conflicto, a identificarse y obligarlas a llevar a cabo la debida diligencia en sus operaciones comerciales para garantizar que no estén manejando recursos en conflictos. No cumplir con la debida diligencia o el apoyar o contribuir directa o indirectamente al conflicto con el fin último de lucrarse, debería de ser razón suficiente para dichas empresas nacionales o multinacionales entren en la lista de sanciones, inclusión que en muchas ocasiones, no acaba ocurriendo; pues hasta esta parte, solo se ha venido sancionando a los grupos o instituciones jurídicas y/o físicas en el país, pero nunca a las empresas y/o terceras partes implicadas en la explotación, transformación y comercialización de estos recursos de forma ilícita y que por ende, contribuyen con su financiación a los grupos armados y terroristas, a alimentar estos conflictos.

3.-Plantear la posibilidad de desarrollar sistemas rastreables para monitorear los orígenes, rutas de transportes y destino de estos recursos comercializados ilícitamente. A nuestro entender -Sr. presidente-, creemos que existen también mecanismos ya establecidos pero que deben colaborar estrechamente entre sí, tales como la arquitectura de paz y seguridad africana y la arquitectura de gobernanza africana y las comunidades económicas regionales”.

El representante del gobierno de la República de Guinea Ecuatorial ante la ONU no ha querido agotar el tiempo de su discurso sin antes expresar: “Ojalá el tema de tal o tal grupo armado o terrorista sea dado de alta en la agenda del Consejo de Seguridad por su erradicación total del escenario de tal o tal país, así como el deseo de que el Consejo de Seguridad, en estrecha colaboración del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana y en concertación con los países afectados, intervengan con más contundencia para proteger las vidas humanas víctimas de las atrocidades de estos grupos armados y terroristas”.

Fuente: Tobías Ramos Nkulu Nchama (Agregado de Prensa de Guinea Ecuatorial en la ONU – New York)

Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial

Aviso: La reproducción total o parcial de este artículo o de las imágenes que lo acompañen debe hacerse, siempre y en todo lugar, con la mención de la fuente de origen de la misma (Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial).