Nkam-Ekien, artista tradicional y bailarín del género Mokom
Con 85 años de edad, Nkam-Ekien es uno de los grandes supervivientes de la danza tradicional fang Akon y gran artista de una cultura ancestral. Hoy, www.guineaecuatorialpress.com descubre a este veterano bailarín, que nos habla de su larga trayectoria profesional y personal, y nos descubre todos los secretos del Akon: una de las danzas tradicionales que, como todas las artes musicales africanas -no hay que olvidarlo-, también ha formado la base musical de los más modernos ritmos del mundo.
Guinea Ecuatorial, como país emergente, es objeto de transformaciones en todos los niveles, tanto en el campo económico, como en el social, cultural, etc. Una situación que puede volver vulnerables las artes más tradicionales y puede hacer peligrar la identidad cultural del país.
Por eso, resulta especialmente interesante entrevistar a uno de los artistas tradicionales, un clásico del Akon. Se trata de Nkam-Ekien, quien es, además, uno de los grandes supervivientes del mundo de la cultura fang en Guinea Ecuatorial.
Nkam-Ekien vive actualmente en el consejo del poblado de Nfeiñ, primer pueblo del distrito de Añisok, tras cruzar el puente que le separa del distrito de Micomeseng.
-Señor Nkam-Ekien, queremos que el mundo le conozca, háblenos de usted…
-“Mi nombre completo es Hipólito Ondo Obiang, pero todo el mundo me conoce por mi nombre artístico, Nkamekieñ (Nkam-Ekien). Tengo 85 años de edad, nací en el poblado de Atakmang Oyek, del distrito de Añisok, y soy hijo de Obiang Ndong y de Mónica Nchama”.
-¿Cuándo empezó a bailar el Akon?
-“Me inicié en el «balele» Akon a la edad de ocho años en mi poblado natal, siendo mi primer maestro el archiconocido Atum-Esang, natural de Akam Nsomo, del distrito de Ebebiyin.
Todo empezó en la época colonial, cuando un sacerdote católico de nombre Esaú quiso internarme en el colegio, pero mi madre se opuso y me convenció para bailar el Akon, que en aquellos momentos era fuente de riqueza. Así empecé a bailar hasta llegar a ser profesional.
A lo largo de mi vida como artista he llegado a casarme con nueve mujeres. A Clara, mi primera esposa, la conocí a los dieciséis años, me ha acompañado en toda mi vida, desde el exilio en Gabón –durante la autonomía-, hasta que llegó la independencia del país. Durante el régimen de Macías Nguema, fui objeto de varias persecuciones en mi propio poblado natal, y llegué a perder a gran parte de mis esposas y músicos. Eso me obligó a cambiar de residencia a donde ahora vivo, en Nfeiñ”.
-¿Puede recordarnos alguno de sus mejores momentos como artista?
-“Son incontables; pero sí, hay muchos inolvidables. Por ejemplo, durante mi estancia en Oyem (Gabón), donde obtuve mi primer premio. También, en mi viaje a Madrid como representante del Akon en la gran expedición de artistas ecuatoguineanos que realizó don Leandro Mbomio Nsue, que entonces era responsable del Ministerio de Educación y Cultura, y actualmente es Presidente del CICTE (Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas).
Actué también en Marruecos con motivo del casamiento del Monarca Hassan II, y allí fui merecedor de otro trofeo. Luego, en todos los certámenes que se han realizado en el país, siempre he sido galardonado como el mejor de mi modalidad.
Algo muy importante para mí es que mis hijos o seguidores de mi arte son ya incontables: los más recientes –los que le acompañan en las fotos de este reportaje- son los que acabo de formar en el poblado vecino de Nkomeyang, de este mismo distrito de Añisok”.
-Señor Nkam-Ekien, ¿qué es el Akon/Mokom?
-“El «balele» folclórico Akon tiene su origen en la época aborigen de la etnia fang en Odjamboga, en el límite de Guinea Ecuatorial con Camerún. Se remonta al ancestro Ayua-Mone-Mengan, de la tribu Esamengan -grupo Ntumu- quien, tras la muerte de sus padres, tuvo un sueño profundo. Durante el mismo, se le apareció su abuela diciéndole que se adentrase en el bosque que, para todos los vivos, estaba prohibido; y que, durante su caminada, no dirigiese su mirada hacia atrás, hasta llegar a un gran tronco del árbol «abebaiñ». Después, debía pronunciar unas palabras mágicas a modo de trabalenguas, que previamente le habían enseñado.
Una vez llegado frente al gran tronco del árbol y de cumplir lo que le había dicho la abuela, de su interior empezó a salir un enjambre de abejas e insectos y hasta una gran araña. Después, vio aparecer a sus propios abuelos, a sus tíos y a otros antepasados. Por las ropas que cubrían sus cuerpos se reconocía a Esayíná-Mba, actualmente conocido en el Akon por «Mokora» y a NdongBikoroObaga, que era quien dirigía el grupo, y que iba ataviado con «Misíng», una vestimenta a modo de falda con tiras de pieles de varios animales felinos; también estaba Ndong-Nfúa, que se vestía en la cintura; Ndong Mongumá Nduma-Nduma llevaba un gran sombrero en la cabeza, el «Andung», compuesto de varias plumas de pájaros diversos, muy parecido al de los reyes indios americanos.
Durante nueve días, Ayua-Mone-Menganpermaneció en el bosque con sus ancestros aprendiendo a bailar el Akon, así como el lenguaje que utilizaría a lo largo de su vida como bailarín. Su primera canción sería «Mbe-Mbea», con la que contaría a sus vecinos que ya tenía «algo permanente».
Desde aquí a su regreso, se encontró con un gran árbol de nombre «adja», cerca de la afluencia del río Ntem; al atravesar este gran árbol, encontró a un hombre vestido de pieles de animales. En la otra orilla, había otro tocando el «Nvet Oyeng»; más abajo, había un enano llevando en sus manos un tambor llamado «Kuna Mbatua Akoma-Mba», así como el «Eban», que era utilizado para la lucha. El tercero llevaba el «Melan», que se utilizaba para reforzar a otros y, por último, el «Nguíi»; todos ellos pertenecientes al grupo Ntumu, procedentes de Nvoa-Ntem”.
-¿Cuáles son los principales instrumentos que se utilizan en el Akon?
-“En el Akon se utilizan principalmente los siguientes instrumentos:
El «Nkúu», conocido vulgarmente con el nombre de tam-tam.
El «Mbeiñ» o tambor largo que se toca levantado. En el Akon es el instrumento que marca el ritmo del bailarín.
El «Asemelé-Nkúu», tres veces más pequeño que el «Nkúu» grande; se toca sentado al ritmo de redoble.
Los «Bikpuere» sirven para marcar el ritmo de las canciones; los llevan los acompañantes.
El cuerno del animal «nvuhu» para animar la ceremonia.
El «Abeg» o pequeño pito extraído del animal «nzip».
El «Mokora» o especie de castañuelas que se colocan en los pies a la altura del tobillo y sirven para marcar el ritmo, sobre todo en la acción más importante del bailarín: el «Asa-ngom».
El «Onvok» o campanillas que se enganchan en los dedos índice y medio de la mano para vibrar y mantener el ritmo a la misma frecuencia que los «Mokora» de los pies.
El «Missang» o conjunto de collares que se colocan en la cintura.
El «Besayema» se coloca en los brazos.
El «Andung» o gran sombrero que se viste en la cabeza y es parecido al de los guerreros indios.
Y, por último, el «Abup» o especie de adorno que el bailarín siempre lleva en la mano enrollado con pieles de animal”.
-¿Es fácil vivir de su arte en Guinea Ecuatorial?
-“Sí, el Akon es rentable. Prueba de ello es que siempre he vivido como bailarín y he mantenido a todas mis esposas”.
-¿Cuál es su opinión sobre el hecho de que la nueva generación ecuatoguineana se está inclinando a la música y ritmos extranjeros, tales como el rap, hip-hop, reggae, etc.?, ¿cree que se mantendrá la música tradicional en Guinea Ecuatorial o se extinguirá?
-“Tengo fe en que la música tradicional no desaparecerá. No obstante, para que esto se cumpla sugiero que el Gobierno incentive y promocione a los artistas tradicionales. Tal vez se deban prohibir «baleles» y espectáculos que proliferen la exhibición del sexo, así como aquellos otros que se basan en costumbres importadas”.
Texto y fotos: Matías Nsang Esono.
Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial (D. G. Base Internet).