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Foro de Alto Nivel sobre la Cultura de la Paz

septiembre 07, 2022
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La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su sede en la ciudad de Nueva York, ha celebrado su cita anual del Foro de Alto Nivel sobre la Cultura de la Paz. En este encuentro, además de contar con la participación de una delegación de nuestro país, también se ha vuelto a escuchar a Anatolio Ndong Mba, en nombre y representación de la República de Guinea Ecuatorial.

-“El objetivo de una cultura de paz es garantizar que los conflictos que resultan de las relaciones humanas se resuelvan de manera no violenta, con base en los valores tradicionales de la paz, justicia, libertad, equidad, solidaridad, tolerancia y respeto a la dignidad humana. La Declaración y el Programa de Acción de las Naciones Unidas sobre una Cultura de Paz, en su artículo 3°, establece que el desarrollo de la cultura de paz está vinculado a la erradicación de la pobreza, al fortalecimiento de las instituciones democráticas, a la promoción del desarrollo económico y social sostenible, a la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y a la protección de los derechos de la niñez, entre otros aspectos”.

El Embajador Representante Permanente de nuestro país ante la ONU en Nueva York arrancaba de esta manera su disertación para continuar recordando las palabras de Su Santidad el Papa Francisco en su mensaje, con ocasión del Día de la Paz, el pasado día 1 de enero del presente año.

“Su Santidad el Papa Francisco, en su mensaje con ocasión del Día de la Paz el 1 de enero de este año, propuso tres vías para una paz duradera:

Primera. - El Diálogo entre las generaciones como fundamento para la realización de proyectos compartidos;

Segunda. -La Educación, como un factor de libertad, responsabilidad y desarrollo y

Tercera. -El trabajo, como un medio para la total realización de la dignidad humana.

Lamentablemente estamos siendo testigos del aumento considerable de los conflictos y la violencia debido a varios factores como la tenencia de armas nucleares por algunos países, las cuales plantean una amenaza cada vez mayor para la supervivencia de la humanidad; los conflictos que se libran entre agentes no estatales, como milicias políticas, grupos terroristas internacionales y grupos delictivos; los constantes avances tecnológicos que están cambiando la forma en que se desarrollan los conflictos; las tensiones regionales sin resolver, el desmoronamiento del estado de derecho, la ausencia de instituciones estatales o su usurpación, los beneficios económicos ilícitos y la escasez de recursos agravada por el cambio climático se han convertido -entre otras- en importantes causas de conflicto.

Los valores supremos reconocidos por la Ley Fundamental de la República de Guinea Ecuatorial son La Unidad, La Paz, La Justicia, La Libertad Y La Igualdad. En consecuencia. Nuestro gobierno siempre ha centrado su política nacional e internacional en la búsqueda y consolidación de la paz, así como en la sana convivencia y el amor entre los pueblos, construyendo relaciones basadas en el respeto, la igualdad, la solidaridad y la cooperación mutua, respetando y cumpliendo los principios del Acta Constitutiva de la Unión Africana y la Carta de las Naciones Unidas.

Siguiendo esta línea de pensamiento, estamos convencidos de que la promoción a la Cultura de la Paz, el multilateralismo, la diplomacia preventiva y la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, entre otros, son las mejores herramientas de las que disponemos para enfrentar los estragos que está causando la proliferación de la violencia y los diversos conflictos en varias partes del mundo, y a su vez, alcanzar el mayor propósito de las Naciones Unidas a saber, mantener la paz y la seguridad internacionales.

Asimismo, apoyamos la teoría de que para avanzar en la construcción de paz efectiva es fundamental eliminar las amenazas existentes y emergentes a la paz y promover la cultura de paz, basada en los principios de justicia, igualdad e inclusión.

Nuestra delegación considera que, existiendo varias formas de implementar la cultura de paz, la educación de calidad, en los términos del objetivo 4.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es la mejor forma de promocionar y empoderar una cultura de paz duradera y de forma prematura. La educación a los niños desde una temprana edad y a los jóvenes de unos valores y principios orientados a una férrea educación cívica y al rechazo de cualquier forma de manifestación de la violencia, es lo que puede garantizar una convivencia social basada en los principios de justicia social, igualdad, pluralismo, integración solidaridad y seguridad. En este contexto, quisiéramos reconocer y elogiar todos los esfuerzos que hasta la fecha han desplegado la UNESCO y otras organizaciones en este sentido.

No obstante e independientemente del instrumento que utilicemos, no conseguiremos nuestro propósito sino hacemos partícipes a los actores sociales, quienes pueden desempeñar un rol fundamental en la consolidación de una cultura de paz duradera, a los gobiernos, los educadores, los líderes religiosos, y la sociedad civil, entre otros, incluyendo tanto a las mujeres, como a los jóvenes”.

En los últimos párrafos de su intervención, Anatolio Ndong Mba manifestó que, “quisiéramos renovar al unísono nuestro compromiso con los ideales establecidos en la Declaración y el Programa de Acción de las Naciones Unidas sobre una Cultura de Paz. El Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial seguirá trabajando con renovado vigor para cumplir con la responsabilidad colectiva de construir una paz más duradera y garantizar el bienestar colectivo de la humanidad. Es dentro de esta lógica, que S.E. Obiang Nguema Mbasogo, Presidente de la República de Guinea Ecuatorial, declaró el 5 de enero de 2019 ante la Federación sobre la Paz Mundial el Amor (FOWPAL) durante la Campaña de la Paz Mundial y Amor, lo siguiente y cito: “La grandeza de un pueblo no se mide en sus dimensiones geográficas, sino más bien en su fortaleza espiritual y liderazgo humanitario, capaz de diseñar estrategias enmarcadas en la búsqueda de la paz y la sana convivencia entre las naciones y pueblos, como premisa fundamental e inminente hacia el desarrollo”. Fin de cita. ¡Si queremos la Paz, trabajemos juntos por la Paz!”. El Representante Permanente de Guinea Ecuatorial concluía así su intervención.

El 13 de septiembre de 1999, la Asamblea General de la ONU adoptó, por consenso y sin reservas, la resolución sobre la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz siendo esta la primera de su clase. Esta sirve como un mandato universal para la comunidad internacional y particularmente el sistema de la ONU, para la promoción de la cultura de la paz y no violencia, al subrayar su valor duradero que debe beneficiar a la humanidad en general y en particular a las futuras generaciones.

La Cultura de la Paz sigue siendo uno de los temas clave para la Asamblea General desde 1997, cuando se decidió incluir un tema nuevo e independiente en la agenda de dicho órgano. A esto le siguió la resolución de 20 de noviembre del mismo año, que proclamó al 2000 como el “Año Internacional para la Cultura de la Paz” junto con otra resolución datada el 10 de noviembre del mismísimo año 1997.

Un año después en 1998, se proclamó el período 2001-2010 como el “Decenio Internacional para una Cultura de la Paz y No Violencia para los Niños de todo el Mundo”. A lo largo de los años, el alcance de la Cultura de la Paz se ha ampliado, lo que permitió que la Asamblea General de la ONU aprobara múltiples resoluciones sobre una amplia gama de temas relacionados con diversas áreas de su Programa de Acción.

Por mandato de las resoluciones de la Asamblea General, los presidentes de esta han estado convocando anualmente desde el 2012, los Foros de Alto Nivel. El Foro en sí, proporciona una plataforma para que los Estados miembros, la sociedad civil y partes interesadas deliberen sobre la aplicabilidad continua de la Cultura de la Paz adecuándose al contexto contemporáneo.

El año pasado, el presidente de la 75ª Asamblea General convocó el Foro de Alto Nivel bajo el lema “Papel transformador de la cultura de la paz: promoción de la resiliencia y la inclusión en la recuperación post-Covid”. El evento de un día brindó la oportunidad de explorar y discutir múltiples formas y medios para empoderar a todos los segmentos de la sociedad, hacia una recuperación resiliente, incluso asegurando la equidad de la vacuna, cerrando la brecha digital, asegurando la igualdad, el empoderamiento de la mujer y aprovechando el potencial de la juventud.

El Foro de Alto Nivel de este año se lleva a cabo en un momento en que el mundo entero se encuentra ante la persistencia y proliferación de la violencia y los conflictos. A todo esto, se suman las continuas prácticas de discriminación e intolerancia, basadas en la raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política, así como de otras índoles, sin dejar atrás, el origen nacional o social, el acceso a la propiedad, la discapacidad, el nacimiento u otra condición. Todas estas prácticas que se han visto exacerbadas en los últimos años debido a la pandemia de COVID-19.

Las consecuencias de los conflictos, así como los impactos de la pandemia de COVID-19, han dado lugar, entre otras cosas, a la recesión económica, la inestabilidad social, el aumento de las desigualdades y mayores desafíos de gobernanza y han planteado graves desafíos mundiales y nacionales para la paz y la seguridad. Todo esto, junto con las vulnerabilidades preexistentes, ha dejado a los grupos más pobres de la sociedad, especialmente aquellos que viven en países afectados por conflictos, más susceptibles a la violencia y la inseguridad.

Para hacer frente a esto, no hay otra alternativa que invertir en la consolidación y mantenimiento de la paz, con miras a construir una visión común, asegurando que se tengan en cuenta las necesidades de todos los segmentos de la población. Tal visión abarca actividades destinadas a prevenir el estallido, la escalada, la continuación y la recurrencia del conflicto y abordar sus causas de manera profunda. Al mismo tiempo, existe una necesidad urgente de eliminar la discriminación y la desigualdad y promover la cohesión social y el desarrollo inclusivo, para garantizar que nadie se quede atrás. En este contexto, como se explica en la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la cultura de la paz, el empoderamiento de las personas para abordar los desafíos de una manera pacífica y no violenta es un componente esencial.

El Secretario General en su informe “Nuestra Agenda Común”, propuso una Nueva Agenda para la Paz, en la que la consolidación de la paz representa un componente clave. En dicho informe, Antonio Guterres reafirmó que la prevención, consolidación y mantenimiento de la paz, están en el centro de las Naciones Unidas. Para avanzar en la construcción de la paz efectiva, es fundamental eliminar las amenazas existentes y emergentes a la paz y promover la cultura de la paz basada en los principios de justicia, desigualdad e inclusión.

Los valores que promueve el concepto de Cultura de la Paz están definidos por su Declaración y Programa de Acción a través de ocho áreas específicas de acción:

Educación, desarrollo económico y social sostenible, derechos humanos, igualdad entre mujeres y hombres, participación democrática, comprensión, tolerancia y solidaridad, libertad de información y comunicaciones, y promoción de la paz y la seguridad a través del desarme y resolución pacífica de conflictos. Las acciones efectivas y coordinadas en todas estas áreas tendrían impactos significativos en los esfuerzos de la comunidad internacional en la consolidación y mantenimiento de la paz.

"La cultura de la paz: la importancia de la justicia, la igualdad y la inclusión para avanzar en la consolidación de la paz" en tanto lema del 2022, brinda una oportunidad a los estados miembros, al sistema de las Naciones Unidas y la sociedad civil para explorar y discutir formas de promover la justicia, la igualdad y la inclusión para avanzar en la construcción y el mantenimiento de la paz, especialmente a través de la inculcación y promoción de los valores de la Cultura de la Paz.

Texto e imagen: Tobías Ramos Nkulu Nchama (Agregado de Prensa de Guinea Ecuatorial en la ONU – New York)
Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial

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