En las elecciones del 5 de noviembre 2024 en los Estados Unidos de América, el republicano Donald Trump se impuso con claridad a Kamala Harris y volverá a la Casa Blanca cuatro años después, para ocupar la silla numero uno de todo el mundo.

Donald Trump tomará posesión como el 47º Presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero 2025 a las 12 del mediodía, tras imponerse claramente a Kamala Harris en las elecciones celebradas el pasado 5 de noviembre de 2024. El republicano vuelve a la Casa Blanca cuatro años después de perder el cargo. Algo parecido, solo había ocurrido una vez en toda la historia del país con Grover Cleveland en 1892, que fue el 22º y 24º presidente de EE. UU.

Según algunos analistas, Trump se ha beneficiado de la frustración de los ciudadanos tras las fuertes subidas de precios de los últimos cuatro años y el aumento de la inmigración irregular. El republicano celebró su victoria en una fiesta al efecto en West Palm Beach (Florida), cerca de su mansión de Mar-a-Lago. “Hemos logrado una victoria política que nuestro país no había visto nunca, nada como esto”, dijo. Prometió “ayudar a sanar” Estados Unidos, y que iniciará una “edad de oro”, matizó.

Acompañado, entre otros, por su mujer, Melania Trump, y el que será su vicepresidente, J.D. Vance, agradeció a Elon Musk también presente, por su apoyo durante la campaña. También reiteró en su discurso de victoria: "Yo no voy a empezar guerras, yo voy a acabarlas”. Lo que despierta entusiasmo en muchas partes del mundo.

Pero el triunfo de Trump también supone una nueva aproximación a la competencia geoestratégica con China y, en general, a las alianzas internacionales que Biden ha ido tejiendo y reforzando durante su mandato. Pero también se despiertan sensaciones diferentes en África, Europa, América Latina y Asia.

Por un lado, el continente africano ha reaccionado a la victoria de Trump con una mezcla de esperanza y un temeroso escepticismo. La perspectiva africana, es compleja y repleta de matices. Un creciente número de naciones del continente, han criminalizado la homosexualidad en mayor medida en los últimos años, siguiendo una dirección opuesta a los valores impulsados por el partido Demócrata y ligados en una mayor consonancia con la postura del partido Republicano frente al desarrollo de políticas LGTBIQ+. Una queja común entre ciertos gobiernos africanos es aquella que señala el “chantaje” habitualmente perpetrado por Occidente a la hora de dar ayudas al desarrollo, generalmente condicionadas por la obligación de desarrollar políticas afines a las ideologías progresistas europeas contrarias a los valores culturales o religiosos de muchas naciones africanas. Por tanto, la victoria de Trump se asocia, así como una victoria para aquellos africanos que reniegan del colectivo LGTBIQ+.

Europa, al otro lado, reconoce el momento decisivo y preparan un frente unido ante la elección de Trump. Mientras que América Latina respondió de forma institucional al triunfo de Donald Trump, que sorprendió a muchos. Algunos con mayor entusiasmo y otros, con el acostumbrado formalismo de la región. Y desde el gigante asiático tenían claro que el próximo líder de la primera potencia continuará la cruzada tecnológica, comercial y de seguridad para contener el ascenso de la segunda potencia. Horas después de conocerse la victoria de Donald Trump, Rusia señaló que, aunque las relaciones con EE. UU están en un mínimo histórico, el Kremlin está abierto al diálogo. Mientras que en Oriente Próximo no saben qué Trump recibirán, pero recuerdan su primer mandato.

No obstante, el Presidente de la República de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, en su mensaje de felicitación al presidente electo Donald Trump, ha manifestado su firme voluntad de mantener y fortalecer las excelentes relaciones de amistad y cooperación existentes entre los dos países y pueblos.

Fuente: Embajada de Guinea Ecuatorial en Washington DC.

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